Historias del ayer
Historias del ayer |
Era como
cualquier día mas, de los tantos días que pasaban sin nada que reflejara algo
distinto a los días anteriores.
La gente se
dedicaba a lo suyo, sin cambio ni diferencia alguna. La capital estaba muy lejos,
para estar al tanto de lo que allí ocurría, Al transcurrir el día, se empiezan
a escuchar comentarios y rumores, pero nada en concreto o claro solo eso
comentarios y rumores, que van de boca en boca, sin claridad ni certeza.
A medida que
el día finaliza la realidad se empieza a conocer. La dictadura ha caído, si,
entre, asombro, incredulidad, y perplejidad, nada señalaba que eso pudiera
pasar. Y ha medida que la noticia se confirmaba, se corría la felicidad y la
alegría se hacia presente por las calles del pueblo.
Entre
abrazos bailes y gritos de felicidad la noticia fue regada por el pueblo la
gente salió a celebrar que el yugo cayo.
Pero también
corrían por esas calles, los que asta ase unos minutos eran los esbirros y
colaboracionistas de la dictadura, tratando de que la historia y el pueblo no
los juzgara. Pero la historia y el pueblo fueron implacables.
Los tan
prepotentes y todo poderosos abandonaron todas sus propiedades tratando de
salvar sus vidas. Por que todos sabían quienes eran, done vivían y quienes eran sus familias y
amigos.
Los que no
pudieron escapar sufrieron todas las penas y dolores acumulados por ese pueblo
humillado y destrozado, por aquella otrora dictadura fuerte y que hoy es solo
un recuerdo.
Sus
propiedades fueron saqueadas y quemadas sin miramientos. Buscaron ayuda y
resguardo entre quienes antes perseguían amenazaban y torturaban. Algunos
fueron acogidos. Que ironía. Otros no. Para esos que no encontraron refugio ni
perdón fue como una noche de terror y muerte.
Fue como si
las hienas se convirtieran en seres humanos y fueran por sus presas vivas, para
destazarlas y dejarlas luego en medio de las llanuras. Sin nadie que recogiera
sus cuerpos sin vida.
Y la gente
solo miraba o participaba. Todo los recuerdos del pasado resiente doloroso y
traumático salieron sin control ni censura a las calles de ese pueblo de
Venezuela ubicado en el estado Yaracuy de nombre Urachiche el 23 de enero de
1948.
Esto que les
relate por supuesto yo no lo vivid. Es una de las tantas historias del ayer,
que los viejos abecés me cuentan.
Esta
historia como tantas otras no aparecen en los libros de historia. El porque de
esa omisión, habrá que preguntarle a los historiadores.
Si este documento
fue de su interés, puede dar un aporte para seguir investigando sobre otros
asuntos que permitan fortalecer este y otros documentos, gracias.
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