Jose M Romero

  La implosión del titán.  El domingo 18 de junio 4 capitalistas multimillonarios, visionarios e inteligentísimos pagaron cada uno, la suma de 200 cincuenta mil dólares, para ir a ver los restos arqueológicos más importantes de la humanidad, los restos del Titanic, en un sumergible diseñado y fabricado por una empresa privada, OceanGate Expeditions este sumergible estaba controlado por un control genérico de PlayStation de los mismos que se usan en los juegos de video, que no valen más de 30 dólares, este sumergible no tenía un GPS, y al llegar a los restos del Titanic lo iban a ver por una pantalla de TV, pero el colmo de todo esto es que unas semanas antes del accidente uno de los empleados de la empresa OceanGate Expeditions, advirtió al dueño de la empresa Stockton Rush, y conductor del sumergible, que ese sumergible no cumplía con las normas mínimas de seguridad, pues este capitalista de inteligencia y capacidad mastodóntica, pues decidió despedir al empleado. Detrás de este hec

El voto como instrumento revolucionario. Esto de tener una política electoral, de votar o de no votar, o el tener un trabajo electoral, o el meterse en unas elecciones, como una forma de acumular fuerzas dentro de los movimientos revolucionarios, socialistas y comunistas, siempre han tenido un debate y controversia a favor y en contra, desde los tiempos de Marx o Lenin, pasando por los socialistas y comunistas de Europa, en la comuna de París, durante la guerra civil Española, y antes de la segunda guerra mundial, en las luchas guerrilleras de los años 60 hasta los años 80, en fin mucho que contar sobre eso, mucha polémica de votar y no votar, que todavía hoy persiste.  El gran debate se centra en que las elecciones, no permiten o no dan paso a un proceso revolucionario, ya que las elecciones solo hacen un cambio de forma - maquillaje - y no de fondo de las estructuras dominantes ni de sus normas o leyes que explotan y oprimen, a la clase obrera, y cómo esas normas o leyes fueron impue