Venezuela 2020: ¿elecciones o rebelión?
Venezuela 2020 elecciones o rebelión |
Nuevamente
el régimen y sus colaboracionistas quinta columna colocan a una parte de la
oposición en dilema respecto a las elecciones. Y digo a una parte de la
oposición porque Bandera Roja desde el 50 aniversario en enero de este año, ya
habíamos decidido no participar en ninguna elección en 2020 bajo estas
condiciones, y otras organizaciones también lo habían definido así. En cambio,
algunas esperaron demasiado o solo después de que el régimen les quitó sus
tarjetas electorales, fue que decidieron no participar. Para mí fue un error
que le permitió al régimen dividir a esos partidos con más facilidad y
eficiencia.
Ahora, es
necesario recordar cómo se llegó a esta decisión de no participar en las
elecciones 2020, ya que para algunas personas esa decisión es incorrecta o
errada, como si los responsables del deterioro del acto electoral fuesen
quienes estamos contra el régimen. Recapitulando sobre el asunto de las
elecciones en estos últimos años, recordemos el triunfo que se obtuvo en 2007
en el referendo sobre la reforma de la nueva constitución. En ese entonces le
ganamos al régimen y desde entonces, poco a poco, fueron cerrando los caminos
electorales ya que sabían desde esa derrota que por esa vía no se podrían
mantener en el poder por muchos años más.
El régimen,
para asegurar su estadía en el poder por la vía de mampara electoral, creó el
uso de tarjetas morochas, eliminó el financiamiento a los partidos, eliminó la
representación de las minorías, intentó que el PSUV, fuera el único partido del
Gobierno, comenzó a sabotear las campañas electorales de la oposición con los
círculos bolivarianos, hoy colectivos paramilitares, entre otros. Digamos que
esa fue la primera avanzada en su política sobre las elecciones.
Después,
comenzó en 2012 la toma o ilegalización de los partidos políticos por la vía
del CNE o del TSJ. A Bandera Roja le quitan la tarjeta en 2015, días antes de
las elecciones parlamentarias de ese año. A la par de los asaltos a los
partidos políticos, también comienza a ponerle a los alcaldes y gobernadores de
oposición unos padrinos, una especie de jefes con recursos económicos y aun
así, se le ganó las parlamentarias y algunas alcaldías y gobernaciones.
Pero el
régimen no se detuvo. Exigió una supuesta legalización ante el CNE de los
partidos de la oposición y unos meses antes, le devuelve la tarjeta electoral a
algunos vía TSJ, pero impone que legalicen ante el CNE en condiciones
prácticamente imposibles. En ese momento Bandera Roja decide no aceptar
condiciones que algunos accedieron a aceptar.
La
dictadura, ante la victoria de la oposición en la AN, crea una Asamblea
Constituyente ilegal desde todo punto de vista y de paso, vía CNE, le quita o
le anula algunos diputados a la AN electa. Sale a la luz el escándalo de
Smartmatic y después desconoce la victoria de la oposición en el Zulia y
Bolívar de manera cínica y descarada. Pero no se detuvo allí. Desarrolló la
estrategia de compra de diputados que salieron electos por la oposición y
semanas después nuevamente le quita la tarjeta a algunos partidos de oposición.
Este es un
resumen de todo lo que el régimen ha hecho para impedir que lo saquen del poder
por vía de elecciones, suficiente para dejar en claro el por qué no es factible
participar en elecciones este 2020 bajo este esquema.
Algunos
alegan para su participación que «hay que aprovechar los resquicios que deja el
sistema para participar», premisa comunista usada por el propio Lenin durante
la revolución rusa y también usada por otros partidos a lo largo de la
historia. Pero bajo diferentes circunstancias y con distintos objetivos. En
general, esa participación siempre buscaba ampliar las condiciones de dirección
de esos partidos para conducir a las mayorías hacia procesos insurreccionales
revolucionarios. En ningún caso buscaban conformarse con alcanzar el poder
electoralmente. Este instrumento de participación siempre buscaba objetivos
superiores que hoy no se presentan claramente en la actual dirección política,
si se le puede llamar así.
Todos sin
excepción, incluidos aquellos que desean participar en las elecciones este
2020, reconocen y aceptan que este régimen es de corruptos, delincuentes,
asesinos, es militarista y fascista y no les importa nada más que mantenerse en
el poder por cualquier vía. Hay convencimiento de que utilizarán cualquier
método para logra permanecer el poder. Por tanto, es evidente y claro que esos
corruptos y fascistas no van a unas elecciones para entregar el poder, eso es
como si dijéramos que el régimen es corrupto asesino y fascista en todo lo
demás, pero para las elecciones se transforman en demócratas y respetuosos de
la Constitución y de los votos del pueblo… qué incoherencia y contrasentido.
Otros
señalan que esos espacios no se pueden ceder, pero ¿cuáles espacios? La AN
tiene una ANC, que anula cualquier decisión que tome la AN, los gobernadores y
alcaldes tienen unos padrinos con recursos políticos y económicos que torpedean
la gestión política a los de la oposición, y si no es suficiente, el régimen
también tiene al CNE y al TSJ; además, la realidad política y social de 2010 o
de 2015 no es igual a la realidad política de 2020. Hoy se ha logrado un
importante apoyo político en el mundo que debemos valorar como conquista.
¿Qué
piensan, esos que pretenden ir a las elecciones del 2020, si el régimen les
anula algunos votos como ya a pasado en elecciones pasadas? Suponemos que su
interés es ver cómo se ganan algunos dólares así participen en lavarle la cara
al régimen. Esto debe quedar claro ya que quien ha cerrado los caminos
electorales ha sido el régimen y no quienes decidimos no participar en esta
farsa. A esto hay que agregarle que para los que ven las elecciones como el
único mecanismo para desplazar al régimen del poder, no tienen ni la
imaginación ni el valor suficiente de ir más allá.
Pero ¿qué hacer?
Desde el año 2014 Bandera Roja está proponiendo una rebelión, contemplada
constitucionalmente, y que consideramos hoy más que nunca tiene vigencia y
justificación, que no solo es a propósito de lo electoral, eso es solo una
parte de toda la realidad difícil y compleja por la que estamos pasando los
venezolanos. Hoy se tiene un apoyo internacional importante y también hay un
desgaste dentro del régimen y sus instituciones. Por eso es vital para el
régimen estas elecciones, necesitan lavarse la cara entre ellos mismos y ante
el mundo para seguir en el poder.
Esta
realidad es campo fértil para la organización popular de la rebelión. No es
solo una consigna. Consiste en levantar y construir desde las bases populares
una organización amplia, democrática y clara, que nos conduzca a la salida del
régimen por la vía que la dinámica política y social nos señale, en las que las
posiciones ideológicas, económicas y religiosas no son relevantes si se
persigue la libertad, y en la que la tarea primaria y superior sea la salida
del régimen y todo lo demás sea un asunto subalterno o irrelevante.
Es necesario
entonces que esa rebelión sea organizada y conducida por la reserva moral, que
toda sociedad tiene y que en BR estamos más que seguros que en Venezuela queda
y de sobra. Esa reserva moral o estratégica tiene que convertirse en la
vanguardia, que en conjunto con todas las voluntades y esfuerzos que tenga la
sociedad organizada en sus diferentes espacios o metodologías, y con una
estrategia y táctica claras, de seguro en poco tiempo sacarán al régimen y sus
colaboracionistas del poder.
Esta
rebelión que comenzó en 2014 no fue nada fácil para los que estuvimos en ella.
Algunos sectores por falta de experiencia cometieron errores que dejaron saldos
dolorosos e innecesarios para el proceso de la rebelión. También hubo
organizaciones o individualidades que vieron la rebelión solo como una forma de
hacer marketing para proyectarse en lo personal y recoger dinero para su
beneficio. Pero todo esto fue acumulativo de variantes negativas que deben
dejar bien la experiencia de que para levantar una verdadera y auténtica
rebelión, es necesario que sea organizada y dirigida por organizaciones y
personas con experiencia y honestidad, en conjunto con las reservas morales y
estratégicas que hay de sobra en la sociedad venezolana.
Si este documento
fue de su interés, puede dar un aporte para seguir investigando sobre otros
asuntos que permitan fortalecer este y otros documentos, gracias.
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