La historia y el pueblo los juzgará
La historia y el pueblo los juzgará
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La historia del mundo está plagada de gobernantes déspotas,
corruptos y asesinos. Y todos han caído por las buenas o por las malas. Aunque
para ser sincero, la mayoría han caído por las malas.
Venezuela ha tenido también dictadores, sus déspotas, sus
asesinos y corruptos. Algunos de ellos
han asumido el gobierno en nombre de los oprimidos, de los explotados usando
discursos populistas y demagógicos, y han terminado siendo más látigo y
desilusión para el pueblo. Las formas como esos demagogos y oportunistas han
tomado el poder son diferentes. Por golpes de estado o por elecciones, pero todos han tenido algo en
común: el apoyo del pueblo para lograr su objetivo. Sin embargo, no
representaron los intereses del pueblo que le dio su confianza. Lo contrario,
lo han traicionado.
El pueblo de Venezuela ha sido nuevamente estafado y
reacciona rebelándose. Son 18 años soportando la entrega de nuestra soberanía a
intereses de países imperialistas, son 18 años despilfarrando nuestras
riquezas, de descomposición social y ética de la sociedad, de represión, de
criminalización de la legítima protesta, de
intentar dividir la lucha del pueblo comprando conciencias, creando
colaboracionismo para mantenerse en el poder.
A medida que ese pueblo se organiza y avanza la rebelión del
pueblo contra el régimen, también se incrementa la represión del régimen, se
hace más cruenta, más vil. Si hacemos memoria o buscamos en la historia no solo
de Venezuela sino también del mundo, podemos encontrar como grandes y poderosos
regímenes autoritarios fueron desalojados con la organización del pueblo como
expresión la resistencia, la rebelión, la subversión y la revolución contra un
estado opresor, sus dirigentes y sus colaboracionistas.
Los regímenes dictatoriales, de claros rasgos militaristas y fascistas como el de
Venezuela, creen que con más persecución represión y torturas impedirán que sus
gobiernos caigan. Ciertamente dilatan su caída, pero no la impiden por más
maniobras que hagan, como el fraude constituyente del cual Maduro se agarra
como forma de mantenerse en el poder. No ha entendido el régimen que vivimos
una situación revolucionaria, que podemos resumir, siguiendo a Lenín, en lo
siguiente: cuando los de abajo no quieran seguir viviendo como hasta ahora y
los de arriba ya no puedan seguir gobernando como lo venían haciendo, el
cambio, la rebelión, la revolución es un
hecho.
Hoy en Venezuela vemos como el dictador Nicolás Maduro
intenta por todo los medios mantenerse en el poder. Accionando sus tentáculos
en lo militar, lo político, mediático y económico. Y usando para reprimir
perseguir y asesinar no solo los cuerpos represivos del estado como la GN, la
PNB, el SEBIN y la DIM, sino también a
unos delincuentes armados conocidos como “colectivos” que no son más que grupos
paramilitares con autorización de la dictadura para saquear, detener, asesinar
y delinquir según sus deseos o caprichos. El régimen cree que con esos
colectivos chavistas paramilitares van a detener la rebelión del pueblo. No
podrán. Este pueblo ha luchado muchas luchas. En diferentes momentos de su
historia y ha salido victorioso. Eso no
hay que olvidarlo.
Quienes que hoy ostentan el gobierno en Venezuela se creen
invulnerables o intocables. Eso los vuelve soberbios. Nada nuevo en la
historia, que está llena de ejemplos de aparente fortaleza de movimientos y
gobiernos opresores. Se decía que no había nada más poderoso que el fascismo y
el nazismo, con sus camisas pardas. Los camisas azules de la dictadura de
Franco en España, eran los encargados de perseguir reprimir y asesinar, como
aquí en Venezuela lo hacen los colectivos chavistas armados, auspiciados,
protegidos y financiados por la dictadura. Cayeron las dictaduras militares de
Chile Argentina y Paraguay apoyadas por los EEUU. Fueron juzgados por los
pueblos Mussolini, Ceausescu, Videla, Pérez Jiménez (muy admirado por Hugo
Chávez, por cierto) entre otros. Estos y otros regímenes y sus dictadores
ocupan los lugares más oscuros de la historia humana. Así terminará el
chavismo, en las tinieblas de la historia de Venezuela.
Venezuela saldrá de la dictadura madurista como ha salido de
otros momentos tristes y dolorosos de su historia. En su sangre, en su ADN hay
una experiencia y valores libertarios que nadie podrá borrarlos. Poco a poco el pueblo ha entendido
la necesidad de construir una política de unidad superior y de reconstrucción
nacional que lo enrumbe a un futuro
luminoso de justicia social, progreso y democracia popular.
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fue de su interés, puede dar un aporte para seguir investigando sobre otros
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